Razones para estudiar Formación Profesional

A lo largo de los años, los prejuicios hacia la Formación Profesional (FP) han sido muy habituales. ¿Estaré preparado para dar el salto al mundo laboral? ¿Priorizarán antes a una persona con un grado universitario? ¿Mi currículum será suficiente?

Sin embargo, el mercado laboral está cambiando a pasos agigantados y este tipo de formación se presenta como una buena fórmula para adaptarse al nuevo contexto social y empresarial.

Según el Ministerio de Educación y Formación Profesional, está aumentando la demanda de estos estudios. En el curso 2007-2008 eran 462.000 los alumnos que cursaban esta modalidad y, para el presente curso, el Ministerio estimó que se alcanzarían los 862.000, casi el doble. 

¿Qué beneficios aporta estudiar FP?

La oferta laboral para los titulados de Formación Profesional (FP) y universitarios se ha igualado en España. Los puestos de trabajo que requieren titulados de FP se sitúan ligeramente por debajo de los que demandan un grado universitario, según indica el último informe Infoempleo de Addeco.

Pero ¿qué otros beneficios aporta estudiar formación profesional en la actualidad? El Centro Oficial de Formación Profesional (CCC) analiza el momento de la FP y da 10 claves que justifican el crecimiento de este itinerario formativo aportando datos esperanzadores. 

1. Alta tasa de inserción laboral

Una evidencia en la realidad laboral española es que la tasa de ocupación de las personas de FP de Grado Medio se situó en el 64% y la de FP de Grado Superior en el 71,8% en 2019, mientras que la media general solo registró un 50,4%.

2. Conseguir un empleo tras las prácticas

Un dato muy significativo que impulsa los estudios de FP en España es que más de un 70% de los graduados continúa trabajando para la empresa donde realizaron sus prácticas. El ecosistema de empleabilidad que ofrecen los centros de estudio es primordial para tomar la decisión correcta. Esta red se basa en acuerdos de colaboración con empresas.

3. Competencias personales y sociales, y no solo técnicas

Sin duda, las empresas valoran mucho los conocimientos técnicos. Pero ahora se valora también cómo es la persona y cómo se relaciona con su entorno, su capacidad para trabajar en equipo, la resiliencia, la comunicación, la iniciativa o el liderazgo.

Un elemento clave de los nuevos modelos formativos en FP se basa en fomentar el trabajo en equipo, la formación basada en proyectos y estar en constante práctica. Son las denominadas soft skills, antes olvidadas en los planes de estudio de FP y a día de hoy tan importantes como las competencias técnicas. La idea es desenvolverse en el aula como en la empresa.

4. Coaching y orientación

Los alumnos de la nueva FP cuentan ya con servicios adicionales que mejoran su empleabilidad. El coaching y la orientación laboral se convierten en factores de impulso al desarrollar métodos de enseñanza que profundizan en competencias transversales.

De esta forma, pueden adaptarse a entornos cambiantes y mantenerse empleables ahora y en el futuro. Es la denominada learnability, la capacidad de aprendizaje constante, que se extiende a todos los itinerarios formativos.

5. Cualificarse en sectores profesionales de alta inserción laboral

La futura Ley de Formación Profesional marca una senda: fomentar competencias que promuevan la empleabilidad. Si además se obtiene una titulación oficial en profesiones de sectores de gran demanda laboral, la ratio de éxito se dispara.

Los sectores con la mayor demanda de trabajo son: Informática y Comunicaciones (redes, administración de sistemas, diseño de aplicaciones multiplataforma y de aplicaciones web), Sanidad (auxiliares de enfermería, farmacia y parafarmacia, diagnóstico por imagen, higiene bucodental, laboratorio clínico), Comercio y Marketing, Servicios culturales y a la comunidad (integración social, educación infantil) y Administración y gestión.

 

Fuente: La Vanguardia.


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